Hace apenas un mes, el entrenador del F.C. Barcelona, Tito Vilanova, recaía
de su enfermedad en la parótida, y dejaba el banquillo del equipo huérfano
hasta nuevo aviso, después de un inicio de temporada de récords.
Con todo este problema ha surgido un debate muy habitual en esto del fútbol
y sobretodo en la prensa que lo rodea ¿es tan importante la labor del
entrenador en un equipo de fútbol o simplemente es cosa de los jugadores que un
equipo consiga el éxito o no?
Yo como entrenador pueden esperarse mi respuesta a esa pregunta pero
intentaré ahondar un poco sobre el asunto y dar mi opinión sobre el tema Tito y
otros casos con los que intentaré defender mi postura.
Empezando por el Barça, no nos podemos quedar en analizar el partido de
vuelta de Copa del Rey frente al Real Madrid para saber si realmente la culpa
de que el Barça no diese la cara en ese partido sea de no tener a su entrenador
en el banquillo y sobre todo en los entrenamientos de preparación del mismo.
Con el desarrollo de las tecnologías podemos decir o imaginarnos que el
entrenador del Barça fue el encargado de planificar el partido y de tomar cada
una de las desiciones que llevó a cabo el Señor Roura pero desde mi punto de
vista no creo que sea suficiente.
El entrenador tiene que estar en el banquillo, a pie de
campo, viendo el desarrollo del encuentro y sintiendo al jugador a metros de él
para poder trasmitirle todo lo que sea necesario para alcanzar los objetivos en
el momento.
Con mi experiencia como jugador y ahora como entrenador creo
que el descanso es un momento clave para el devenir de los partidos, ya porque
la cosa vaya bien o porque el resultado no ha sido el esperado al inicio. Es el
momento de cambiarle el ritmo al partido, de incidir en los detalles que están
siendo determinantes en el juego, de recuperar a un jugador que
psicológicamente no ha entrado en el partido y de rebajar las pulsaciones al
jugador que está revolucionado, en definitivas cuentas, con una buena charla se
puede cambiar un partido.
Ahí es donde discrepo con actitud del F.C. Barcelona, su
entrenador no está y por mucho que esté su cuerpo técnico, cada uno tiene su función
y la de primer entrenador no la puede sustituir nadie por más de 3 partidos,
los que el Barça ha seguido carburando.
Por lo tanto creo que es el momento de decirle al Gran
entrenador que es Tito Vilanova que ha tenido mala suerte y que la vida ha
querido que la situación sea la que es y por tanto el Barça debe buscar otro
entrenador y no por eso fallará a su entrenador actual, la situación requiere
coherencia, y lo más coherente es un cambio ahora.
De los candidatos es clave una cosa, no renunciar a su estilo
y para eso lo mejor sería un entrenador de la casa, Jordi Roura, Eusebio
Sacristán o el propio Luís Enrique, un entrenador con carácter y que sabe cómo
se trabaja en la Masía.
Volviendo al tema principal sigo creyendo que el entrenador
es vital para que un equipo sea un grupo cohesionado, es el líder formal más
importante de la plantilla y es el encargado de decidir entre otras cosas a qué
va a jugar su equipo. Por lo tanto es un referente que en ningún momento puede
desaparecer.
Su labor ya depende un poco del tipo de entrenador que sea,
lo ideal es que sea un nexo de unión y que no sea protagonista, que sepa tomar
decisiones y capaz de manejar un grupo de personas con un mismo objetivo.
Los buenos entrenadores y los que hacen ver que la labor del
entrenador puede ser determinante son los que logran objetivos superiores a las
capacidades de los jugadores. Un grupo de jugadores buenos, ganarán muchos
partidos sólo por el peso de su calidad, un grupo de jugadores menos buenos si
no están bien trabajados por su entrenador nunca consiguen su objetivo.
No es la primera vez que nombro en mi blog a Paco Jémez,
actual entrenador del Rayo Vallecano, seguramente a principio de temporada ni
los más optimistas esperaban ver a su equipo tan arriba y practicando ese
fútbol, fruto del trabajo y la valentía de un entrenador que ha sabido transformar
a un equipo de Liga Adelante en un equipo de Europa League.
Como entrenador me gusta mucho sumergirme y trabajar la
táctica, la técnica y la preparación física como tres grandes bloques, pero
sobre todo creo en la psicología deportiva como detonante en los resultados de
un jugador, por mucho “todo lo demás” que tenga, si mentalmente no está
preparado nunca podrá llegar a demostrar lo que puede ofrecer.
Finalmente y haciendo una pequeña conclusión sobre el motivo
de este artículo retomo que creo que es necesario para el desarrollo de lo que
queda de temporada, que el F.C. Barcelona tome buenas decisiones sobre
este aspecto de cara a los próximos
compromisos cruciales para sus objetivos.
No dudo de una secretaría técnica como la del Barça que
constantemente nos deleita con su buen hacer pero sí creo que ahora lo personal
no puede sobrepasar lo profesional y el F.C. Barcelona está sobre todas las
cosas y debería tomar la mejor decisión para sus intereses deportivos.
Juan Miguel Mesa Díaz